Debido a su naturaleza impredecible ofrece una satisfacción especial al artista.
Hay un intenso placer en el resultado de este trabajo con este medio sin tener determinado el resultado.
La pintura con acuarela data de más de 40.000 años.
Los primeros ejemplos conocidos son las pinturas rupestres en cuevas, en las que usaban gruesas aplicaciones de pintura aguada muy opaca.
Los artistas chinos más antiguos usaban pinceles de pelo suave para pintar sobre la seda y el papel de arroz. Con tan solo unas pinceladas muy ligeras eran capaces de capturar el clima y la atmósfera del espacio de los paisajes, anticipándose en varios siglos al trabajo de grandes artistas occidentales de la acuarela.
Este es el poder de la acuarela, su capacidad para permitir que la textura y el tono del papel se mezclen, creando así la ilusión de la luz y profundidad.
Ciertamente la acuarela tiene su personalidad propia y todo esto es parte de una técnica muy especial.
Revisando algunos textos encontré algo que les puede interesar, una acuarela de un artista alemán, Oswald Achenbach, de Dusseldorf, y que vivió entre los años 1827 - 1905.
Su destreza con la acuarela no eran tan impredecibles, él sabia lo que quería.
Nelson Olate F.
Acuarela de Oswald Achenbach 1827- 1905, "Entierro en Palestina"
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